Tras los días de playa, hemos cogido un
bronceado que nos ha costado mucho y queremos conservarlo. ¡Todos los años
igual, se me va el moreno y no logro conservarlo!.
Yo ahora con motivo de mi embarazo, estoy
utilizando aceites en lugar de cremas. Siempre los he utilizado en invierno, ya
que al ponerte la crema hay que esperar un pelín a que se absorba antes de
ponerte la ropa y en invierno hace frío. Lo que hago es después de la ducha
ponerme aceite corporal y listo, hiperhidratada. Así que utilizo un aceite
corporal para después de la ducha y un aceite con rosa mosqueta de Babaria,
para evitar las estrías de la barriga por el embarazo, por lo que creo que
estoy muy hidratada, me resulta más fácil de aplicar.
Si has hecho esto, no tendrás un moreno
carbón, sino un bronceado dorado estupendo, lo he comprobado. Tras las
vacaciones, hay que seguir hidratándose la piel, yo procuro cuando estoy en la
calle que me siga dando el sol, cuando paseo, en una terracita, esperando el
bus… de esta manera mi piel sigue recibiendo los rayos del sol y me hidrato
mañana y noche.
Es importante también hidratarse por
dentro, aunque esto lo deberíamos hacer todo el año, y es procurar beber de 1´5
litros a 2 litros de agua al día. Así nuestra piel está hidratada y evitamos la
descamación y la perdida de color.
Muchos aconsejan que se exfolie la piel,
yo he observado que si hago eso, pierdo el moreno mucho antes, aunque me quede
una piel brillante y suave, así que lo dejo para más adelante cuando ya la
perdida del moreno es inevitable, ¡si, porque es inevitable! a no ser por
supuesto, que te vayas a dar rayos uva o te pongas crema autobronceadora.
Por lo que, llegado el momento, me hago
una exfoliación y tiro de maquillaje, polvos bronceadores o las susodichas
cremas bronceadoras, que no me gustan mucho porque manchan la ropa por mucho
que digan que hay que esperar a que se absorba, yo lo hago y en cuanto sudas o se
roza con la piel manchan.
Por eso no os preocupéis demasiado,
porque todas terminaremos sin bronceado, así que mejor disfrutar del día a día
y no preocuparnos por lo inevitable.
Un besazo.
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